Después de que
prácticamente haya finalizado la vendimia en todo el hemisferio norte, las
bodegas se encuentran con sus depósitos llenos, esperando a que finalice el
proceso de transformación del mosto en vino. El producto de las uvas
vendimiadas estará en los próximos meses en botellas de 75 centilitros, formato
mas común en la presentación de vinos de calidad. Millones de botellas
procedentes de miles de bodegas y de centenares de variedades de uva hacen del
vino uno de los productos mas heterogéneos que nos podamos encontrar en el
mercado.
Detrás de cada
botella de vino se esconden los colores, aromas y sabores propios de cada una
de las mas 2000 de variedades de uva existentes, las técnicas de elaboración de
cada bodega, las características de cada añada, los reglamentos de elaboración
de cada Denominación de Origen, las propiedades del terroir (clima + suelo) de
cada zona, las técnicas de cada agricultor, la “mano” de cada enólogo,….
Por eso, cada vez
que probamos un vino estamos degustando con nuestros sentidos todos estos
aspectos, los cuales si conocemos de alguna manera, daremos mas valor y
singularidad a la copa de vino que nos bebemos. Y si además de eso, conocemos
si un vino es bueno o no y su mejor maridaje posible con otros alimentos, estaremos
preparados para acertar con la compra de un vino o para exigir en cualquier bar
o restaurante que se nos sirva el vino como se debe (temperatura, recipiente,
calidad,…) y muchas veces evitar pedir otra bebida para evitar un posible
desatino del camarero de turno.
En Castilla-La
Mancha tenemos el mayor viñedo del mundo y se producen vinos que no tienen nada
que envidiar a los de otras regiones vitivinícolas con mas nombre o marca. Sin
embargo, el consumo de vino de los manchegos es muy bajo. Tal vez si
conociéramos mas sus características y todo lo que rodea a uno de nuestros
productos estrella, sabríamos apreciar el vino como es debido y su consumo por
habitante sería mas acorde con nuestra gran producción de vino, tanto en cantidad como en calidad.
“El vino se parece al
hombre: nunca se sabe hasta que punto se le puede apreciar o despreciar, amar u
odiar; ni cuantos actos sublimes o crímenes monstruosos es capaz de realizar.
No seamos entonces, mas crueles con él que con nosotros mismos y tratémosle
como a un igual.” Charles Baudelair.