viernes, 5 de diciembre de 2014

EL CAMPO: TAN DURO COMO GRATIFICANTE

   
     Hace algunos días tuve la suerte de asistir en Ciudad Real al Congreso Nacional de Jóvenes Agricultores de Asaja, en el cuál se puso sobre la mesa y se debatió sobre la situación actual de la Agricultura y su futuro. Todo desde el punto de vista de aquellos a los que les toca continuar con la actividad agraria y ganadera los próximos años y décadas. Empresarios jóvenes a los que les toca trabajar con el objetivo, nada despreciable, de cultivar la tierra para alimentar al mundo.

     Los principales temas que mas preocupan a un joven agricultor son el acceso al crédito, a la tierra y al mercado, entre otros. Con respecto al acceso al crédito, el sector agrario ha sufrido las consecuencias de lo que se ha hecho mal en otros sectores y que ha provocado un "corte del grifo" del crédito  de las entidades financieras e inversores que ha afectado a todas las actividades económicas, y como no, a agricultores y ganaderos, que se han visto con grandes dificultades para poder seguir con su actividad por no poder acceder a créditos para la compra de piensos, maquinaria, fertilizantes,... Y es que este sector requiere, por su naturaleza, unas condiciones de acceso al crédito diferentes al resto, ya que su rentabilidad no sólo depende del mercado, sino también de fenómenos dificiles de controlar por el hombre, como la meteorología, plagas,... Por ello es necesario una implicación en el conocimiento del sector por parte de aquellos que estén interesados en apoyar la agricultura económicamente.

     Por otro lado, el acceso a la tierra en algunas zonas dificulta el crecimiento del joven agricultor. El prejuicio cultural que aún existe en el mundo rural a deshacerse de terrenos provenientes de antepasados propicia que muchas tierras se encuentren abandonadas o con una mínima actividad y cobrando subvenciones de la PAC mientras que en el otro lado de la mesa tenemos a jóvenes con ganas e ilusión por trabajar en el campo pero con dificultades por encontrar un terreno apto para desarrollar su negocio. La Administración debería velar mas por la riqueza de nuestros suelos y dejar de mantener subvenciones a dueños de tierras que no las trabajan, trasladándolas a los que sí invierten en ellas su tiempo y dinero y así favorecer un relevo generacional en la titularidad de la tierra que permita que el joven agricultor trabaje con mas garantías y poder de decisión.

El relevo generacional es fundamental para mantener el desarrollo en el medio rural
   
     Una vez que el joven agricultor ha hecho su trabajo en el campo y ha recogido su cosecha, toca vender su producto. Y ahí se encuentra frente a unos pocos compradores de gran tamaño empresarial y económico contra los que le es difícil negociar. La atomización de la oferta y el poder de estos compradores hacen que, en definitiva, el agricultor tenga poco o nada que decir sobre el precio de su cosecha. Por lo tanto, es imprescindible innovar desde el sector productor, agrupando oferta y diversificando su producto para así poder tener capacidad negociadora frente a los que van a comprar su cosecha. Los jóvenes agricultores deben ser los protagonistas de estas innovaciones, sus nuevas ideas deben cobrar cada vez mas importancia en las cooperativas, se debe facilitar la burocracia para poder acceder a mercados locales prescindiendo de intermediarios,... Ya que se les exige calidad en sus productos al agricultor y existen leyes para ello, también deben existir leyes que favorezcan el mercado de estos productos de calidad reconocida. Garantizando un valor al trabajo del agricultor nos aseguraremos el buen desarrollo de un sector tan importante como el primario y de la riqueza que este genera directa e indirectamente.

     Estos son algunas de las cuestiones mas importantes que rondan por la cabeza de un joven agricultor o de alguien que quiera empezar a trabajar como empresario agrario. A pesar de las dificultades y obstáculos existentes, aún hay jóvenes  que quieren ser agricultores y ganaderos. La climatología, las plagas, las cosechas perecederas, los mercados, la burocracia,... no quitan la ilusión a quien de verdad quiere trabajar la tierra, ¡qué gran mérito!. Si a estas ganas y fuerzas de la gente que se va a encargar de producir alimentos para el mundo se le apoya financieramente, se le protege en los mercados y se le ayuda desde la Administración conseguiremos crear un importante y moderno sector agrario del cuál estaremos orgullosos.

     El campo es duro, por todo esto y mucho mas, aún así, es tremendamente gratificante, sobre todo al ver crecer dia a dia tus cultivos o tu ganado con el que trabajas y ver que eso que has producido con tu esfuerzo sea apreciado por los consumidores. El campo tiene futuro, pero no sólo por que esto lo digan los políticos, sino porque es un sector imprescindible y porque detrás de él hay gente joven, preparada, con talento, con ilusión y con ganas de trabajar.