martes, 14 de julio de 2015

CAMINOS


Caminos. Abandonar uno para empezar otro. La vida se puede ver como una sucesión de caminos en el que cada vez que empezamos uno no sabemos las cuestas y curvas que va a tener, ni podemos intuir las veces que nos tropezaremos en su recorrido. Cambiamos de caminos para encontrar siempre el mejor o el definitivo, aquel que verdaderamente nos guste o nos satisfaga personalmente y en el que nos acompañen las personas adecuadas... aunque nunca demos con él.

Encontrar el camino definitivo o el mejor para cada uno se me antoja algo prácticamente imposible. La cantidad de circunstancias ajenas a nuestro propio yo a las que estamos expuestos, nos hace que en la senda por la que andamos siempre aparezcan baches o piedras o cualquier elemento para el que no estamos totalmente preparados para afrontar.

Es por ello, que nuestros caminos no van a ser un paseo de rosas, por lo que ante aquello que dificulte nuestro caminar, debemos actuar siempre de la manera mas digna posible, con pasos firmes y la cabeza alta. No siempre se busca una meta en cada camino, muchas veces por difícil y otras por imposible, pero lo que si podemos buscar es recorrer el camino de la mejor forma posible, y teniendo como meta la forma en el que se recorre y no el final al que nos pueda llevar.