lunes, 24 de octubre de 2011

EL ESTÓMAGO DE ESPAÑA

     Hace unos días, algunos “expertos” excluyeron de la denominada dieta mediterránea el vino. La única excusa para este hecho fue la prohibición existente en algunos países mediterráneos árabes de beber alcohol. La vid y por tanto el vino es un producto con gran tradición e importancia en el área mediterránea europea por extensión e interés social y económico. Por tanto creo que el término dieta mediterránea no existe, puesto que el vino forma parte de la dieta de muchos países de la cuenca del Mediterráneo. Además no hace falta comentar los grandes beneficios en la salud que tiene el consumo moderado de este producto.

     Como para mí el término dieta mediterránea es erróneo debido a la gran diversidad de países que se quieren apuntar a este término, diría que una dieta rica y saludable es la DIETA ESPAÑOLA. En nuestro país existe una gran cantidad y diversidad de alimentos autóctonos capaces de proporcionar un beneficioso equilibrio en nuestra alimentación. Cada comunidad autónoma se distingue por producir y ofrecer sus mejores productos.

     De Galicia destaca su marisco, que se puede acompañar con una buena sidra asturiana. El pescado también es bueno de Cantabria, pero aquí se encuentra la mejor industria conservera de pescado de España. Si viajamos a Euskadi no podemos dejar de probar su típico bacalao después de degustar su diversidad y calidad de pinchos, además de platos de los mejores chefs de España, que se encuentran en esta tierra. Los espárragos de Navarra tienen fama propia y si los acompañamos de un buen vino tinto crianza de La Rioja su fama aumentará. Aragón surte a España de los mejores frutos secos, embutidos y el Jamón de Teruel con D.O. En Cataluña se vive toda una cultura alrededor de las monas y dulces de pascua y en el valle del Ebro se cultiva gran diversidad de frutales. Valencia es la cuna de la paella y la horchata y nos endulza el paladar con sus buenas naranjas. Murcia se caracteriza por su producción de productos hortícolas, conociéndose esta región junto a Almería como la huerta de Europa. Los olivareros de Andalucía poseen el mayor cultivo de olivo del mundo y el mejor aceite de oliva que se puede producir. Nadie que viaje a Extremadura se debe marchar sin probar su jamón de bellota, alimentado de las mejores dehesas de España. Mundialmente conocido por su calidad es el plátano de Canarias. Otra fruta con fama son las fresas de Aranjuez que se pueden degustar después de comer la carne de caza de la sierra de Madrid: gamo, corzo, ciervo… La gente de Castilla y León sabe cocinar como nadie guisos para combatir el frío del invierno utilizando las legumbres cosechadas en esta tierra. Las Islas Baleares gastronómicamente son conocidas por su sobrasada y sus ensaimadas.

     ¿Y qué producto típico mi tierra, Castilla-La Mancha, incluyo en esta lista? Pues no se me ocurre destacar ninguno porque hay varios que son dignos de mención. La carne y el queso del cordero manchego son únicos por su calidad, el ajo morado de las Pedroñeras, el Azafrán,  la miel de la Alcarria, las berenjenas de Almagro, el vino de La Mancha y Valdepeñas,…. Todos estos productos de fama mundial también son la base de estupendos platos típicos de comida manchegos.


     Como se aprecia, España es un país rico en diversidad y calidad de alimentos, por lo que no nos hace falta depender de la llamada dieta mediterránea para dar a conocer nuestros productos, sino que se puede decir que tenemos una buenísima dieta española. Primero dentro de nuestras fronteras y después fuera de ellas tenemos que defender todos estos productos y estar orgullosos de ellos.

lunes, 10 de octubre de 2011

EL SIGLO DEL ESTRÉS


     He escuchado ya varias veces que dentro de unos pocos años, la principal causa de fallecimientos en el mundo van a ser enfermedades con origen en situaciones de estrés que van a dar lugar desde depresiones a suicidios. Y desde un punto de vista cronológico esta idea no parece muy descabellada, puesto que el modo de vida en las persona ha cambiado mucho en apenas unos pocos años.

     La mayoría de los cambios en la naturaleza se producen de forma muy lenta. Los seres vivos a los que les afecta estos cambios se van adaptando muy poco a poco a la nueva situación, cambiando su comportamiento e incluso morfología. Las personas, como parte de la naturaleza, también necesitamos un cierto periodo de adaptación, sobre todo a las nuevas formas de vida que se presentan y evolucionan rápidamente, cosa que se ha hecho mas visible durante el siglo pasado y este.

     Los seres humanos de países desarrollados hemos pasado de vivir de una sociedad prácticamente de subsistencia a una sociedad muy pendiente de la economía y del bienestar en apenas unas décadas. Pero el bienestar que decimos tener ahora es en su gran mayoría un bienestar material, ya que en casi todas las actividades que realizamos hoy tiene gran importancia el aspecto económico, aspecto que se agrava gracias también a la actual crisis económica que vivimos.

     Vivimos en una sociedad en la que la meta de una gran parte de los individuos es lograr vivir en una situación personal económicamente muy holgada. Casi todo lo que se hace es pensando en lograr el mayor dinero posible para así poder alcanzar las máximas metas materiales posibles. Esta situación creo que es la principal causante del estrés en el mundo en el que vivimos. Que todo el mundo busque lo mismo en una sociedad es algo prácticamente insostenible y la fuerte competencia que se produce lleva a las personas a no disfrutar de lo que se tiene por el hecho de querer tener lo que no se puede.

     Actualmente hay muy poca gente joven o en edad activa de trabajar que tenga una vida sosegada. Mucha gente se queja del estrés que sufre cuando forma una familia, del trabajo que cuesta sacar un hijo adelante mientras ambos padres trabajan. Hasta hace unos años las familias españolas salían adelante con un puñado de hijos a los que alimentar y la palabra estrés no entraba su diccionario.

     Con todo esto, llego a la conclusión de que muchas veces la gente vive en una situación de estrés continuo por querer tener mas de lo que puede o por querer hacer mas cosas que el tiempo que se tiene. Merece la pena rebajar un poco nuestras expectativas y tener una mayor calidad de vida viviendo de forma mas tranquila y organizada y apreciando lo que tenemos y por supuesto, sin estar en una constate lucha contra el reloj por tener una ambición desmesurada.

Disfruten de la vida que son dos días… y uno lo pasamos durmiendo.