miércoles, 12 de junio de 2013

LA INUTILIDAD DE LO ÚTIL

Hall sin actividad del aeropuerto de Ciudad Real
     Multitud de autovías, carreteras, vías de tren, aeropuertos,... se han abierto en los últimos años en España. Infraestructuras modernas que le suponen al Estado grandes cantidades de dinero público, lo que quiere decirse que estas obras las hemos pagado entre todos. En muchas ocasiones parece que no se ha estudiado muy bien la idoneidad de estas obras en su localización, magnitud, costes,.. y nos encontramos hoy en día con aeropuertos fantasmas, líneas de tren con un puñado de usuarios y autovías desérticas.

     El escaso uso o la mala gestión de muchas de estas obras públicas ha llevado a su cierre o disminución de su actividad, con lo que nos encontramos que existen muchas infraestructuras que no son aprovechadas para dar comodidad a la población. No se fomenta su uso excusándose en el alto coste que supone el mantenimiento en relación a la baja rentabilidad de las obras. Pero creo que estas obras no deben observarse únicamente desde el punto de vista económico, puesto que la obligación de los gobiernos es ofrecer a los ciudadanos un servicio, aún sin ser rentable este. Es preferible tener un aeropuerto abierto con pocos pasajeros y una adecuada gestión a tener un aeropuerto nuevo y moderno cerrado a cal y canto.

Muchas autopistas de peaje están casi desérticas
     Aunque, a mi juicio, existan grandes fallos en la vertebración de carreteras, vías de tren y distribución de aeropuertos en los últimos años, esto no significa que estos servicios tienen que dejar de utilizarse, ya que son muy útiles para poblaciones de pocos habitantes, los cuáles tienen el mismo derecho que los habitantes de grandes urbes a estar comunicados. Además, el uso del tren contribuiría también a reducir la contaminación atmosférica y evitar accidentes en carretera.

     Últimamente estoy viendo como se suprimen lineas de tren y vuelos de corta de distancia, hechos que alomejor aseguran la rentabilidad de estos transportes pero que no aseguran su labor de servicio público y la movilidad a muchos ciudadanos, muchos de ellos estudiantes y personas mayores.


Algunas lineas de tren sólo las ocupan un bajo porcentaje de su máxima ocupación

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